Y Dios dijo: "Hágase la ternura"...
y la ternura se encarnó en un Niño...
La ternura nació de una mujer,
creció cuidada por una mujer,
la ternura tiene carne y sangre de mujer.
La historia de la humanidad ha llegado a su plenitud porque la ternura se quiso encarnar plenamente en ella y por eso podemos participar de su perfume.
La ternura huele a Niño débil, pequeño e indefenso que se deja cuidar por las manos suaves de una Madre que lo acaricia.
La ternura sabe a beso de Madre que contagia el cariño más tierno y entrañable que se puede dar a un ser humano.
Dios se hace ternura infinita aprendida de mujer y manifestada en la debilidad de Aquel que viene a darnos la vida y una VIDA en plenitud.
¡FELIZ NAVIDAD!
QUE ES IGUAL QUE DECIR
FELIZ DERROCHE DE DIOS A LA HUMANIDAD
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