jueves, 29 de mayo de 2014

La inocencia nos enternece


¿Habéis analizado alguna vez esta emoción que llamamos ternura? 
¿Es alegre, es triste la ternura? 
¿No parece más bien la ternura una semilla de sonrisa que da el fruto de una lágrima? 
En el enternecimiento sentimos angustia precisamente por aquello mismo que nos causa placer. Así la inocencia nos encanta porque se compone de simplicidad, pureza, insuspicacia, nativa benevolencia, noble credulidad. Mas precisamente estas cualidades nos dan pena porque la persona dueña de ellas será víctima de los dobles, impuros, suspicaces, malévolos y escépticos que pueblan la sociedad. La inocencia no nos entusiasma, la inocencia no nos enoja, la inocencia nos enternece.
abuelos besándoseOrtega y Gasset
El dulce anhelo del amor que aguarda,
tal vez inquieto y con mortal recelo;
la fortuna bella que cruzó gallarda,
allá en la noche, entre el medroso velo.
La ansiada cita que en llegar se tarda
al impaciente y amoroso anhelo,
la mujer y la voz de su dulzura,
que inspira al alma celestial ternura;
a un tiempo mismo en rápida tormenta,
mi alma alborotaban de contino,
cual las olas que azota con violenta
cólera, impetuoso torbellino.manos

Ojos que vierten lágrimas que velan
su clara luz realzando su ternura,
mientras suspiros de sus labios vuelan
con fatiga que aumenta su hermosura;
y mientras caen los agitados rizos
que la sofocan a su ansiosa faz,
aumenta en su congoja sus hechizos
la blanca mano que a apartarlo va.
José de Espronceda

Nunca os olvidaré; continuo empleo
seréis de mi ternura y mi memoria,
y aunque en vano, también de mi deseo
Gaspar Melchor de Jovellanos