miércoles, 24 de diciembre de 2014

¡¡LA ALEGRÍA DE LA BUENA NOTICIA!!

"Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús" (Lc1,26-38)



La Ternura de un Dios hecho hombre por Amor a los hombres, viene de la mano, del corazón, del sí de una Madre. ¡¡

¡¡Está es una Buena Noticia!!

¡¡Feliz Nacimiento de Jesús desde la Ternura!!

¡FELIZ Y TIERNA NOCHE!


¡FELIZ Y TIERNA NOCHE!


https://www.youtube.com/watch?v=z93JL-XdSiQ&feature=youtu.be

martes, 9 de diciembre de 2014

lunes, 8 de diciembre de 2014

Ella es la ternura en persona. Felicitación


Esta entrada se la dedicamos a nuestra tierna Inma
que tiene el honor de disfrutar del nombre sobre todo nombre de María


Sólo por un instante, 
déjalo estar.
Tan sólo un momento, 
respira y relájate.
Quédate ahí, en el silencio, 
en la quietud.

Sólo por un instante, 
ríndete a lo que es. 
Suelta el deseo de controlar, 
de tener razón.
Descansa en la confianza.
Sólo por un ratito, quédate en paz y 
MÍRALA A ELLA


sábado, 22 de noviembre de 2014

Hoy me asomo por aquí tímidamente para decir ...

GRACIAS.

GRACIAS por todo lo recibido.
GRACIAS por tanta ternura derramada a mi alrededor que me va allanando el camino.
GRACIAS por tantos guiños que me hacen sentir querida.
GRACIAS por sentir mi corazón lleno.
GRACIAS porque he podido comprobar que sí, que es cierto, después de la tempestad viene la calma, la paz...aunque también asuste esta sensación de FELICIDAD, DE SENTIRME QUERIDA. 
GRACIAS por lo que Tú, Señor me ofreces cada día. 
GRACIAS por las posibilidades que has puesto en mi. 
GRACIAS por este momento actual (luna de miel me dicen algunas!) mañana...mañana ¡qué importa ahora! 


y… un secreto…a partir de hoy me prometo a mi misma vivir con la actitud de Dori…






jueves, 20 de noviembre de 2014

martes, 18 de noviembre de 2014

Tu Ternura






Tu Ternura corretea
y se cuela en cada rincón.
Tu bondad tatúa mi imagen
en cada palmo de mis manos Señor.

Tu Ternura corretea
y me habita sin descansar
y rehace cada ruina.

sábado, 15 de noviembre de 2014

Gestos de Jesús

Decididamente Jesús no deja de sorprendernos. Cuesta a veces entender algunos de sus gestos. Sobre todo cuando hoy estos gestos no quieren decir exactamente lo mismo. Parece un enigma. De hecho, para descubrir su sentido, basta decir que Jesús no obra sino por amor.

¡Y así no le falla nunca! Mírale, se pone de rodillas, Él, el Señor. Quiere hacerse pequeño y servir, hacer un gesto de acogida lleno de humildad. Te imaginas cómo al caminar, en tiempos de Jesús, en seguida se manchaban los pies de polvo y sudor. Se comprende, pues, cuánto se agradecía un poco de agua en los pies al llegar.

Era un gesto de limpieza, pero también de acogida y delicadeza. Mira de nuevo a Jesús nos muestra una forma concreta de ponerse al servicio de los hermanos y hermanas. 


Te veo, Jesús, realizar 
gestos de ternura y de servicio.
Te contemplo y aprendo 
a servir a Dios 
y a servir a los hombres y mujeres.

Te escucho, Jesús:
te vuelves al Padre, 
después bendices el pan y el vino 
y lo compartes.

Te escucho y deseo 
convertirme yo también 
en pan y vino para  las demás personas.

Tengo hambre, Jesús, 
de conocerte mejor, 
de rezar mejor, 
de unirme más a ti.

El hombre de la tienda


Contemplación de la Virgen de la Ternura


Cuando hacemos meditación u oración personal, normalmente nos ayudamos de lecturas o de ideas y de allí pasamos a la meditación, la oración y la contemplación. Pero también hay otros caminos, como ver o contemplar imágenes y a partir de ellas ponerse en la presencia de Dios y entablar un diálogo con Él. Esto es algo que hacemos normalmente cuando oramos frente a un crucifijo o frente una imagen de la Virgen de Guadalupe, por ejemplo. Y esto es lo que hacemos en la oración con iconos, pero los iconos cristianos tienen sus particularidades. Hoy vamos a ver ¿Cómo rezar con la Virgen María contemplando el icono de la Virgen de la Ternura?
icono_de_vladimir

La oración con iconos

En un taller de oración en que introduje a los participantes a la oración con iconos, una persona me dijo: "A mí no me gustan los iconos para adornar mi casa, no me inspira ese tipo de arte". Traté de explicarle el tipo de belleza que nos ofrecen los iconos y de qué manera sirven no tanto como adorno sino para la oración. Esta persona quería ver la armonía y belleza física de la pintura clásica más que contemplar la verdad revelada y el sentido de lo sagrado que contienen los iconos. Le expliqué que estas imágenes no eran para admirar su belleza artística, sino para introducirnos al encuentro con Dios, como vehículos que nos transportan más allá, a donde los ojos no alcanzan a ver.
Le dije que se sintiera libre de no participar en la sesión. Tomó un libro y se fue a la capilla a meditar como lo hacía habitualmente. A los 15 minutos se unió al grupo y se dio la oportunidad de escuchar en qué consistía la oración con iconos y de hacer la prueba. Dos meses después me escribió diciéndome: "El Espíritu Santo me ha abierto un camino de oración que estoy disfrutando y aprovechando mucho: ahora hago casi todos los días mi oración contemplando un icono". Esta persona comenzó a gustarlo porque se acercó con la actitud de Moisés a la zarza ardiente: quería entender aquel fenómeno y entonces Dios se reveló. Dios se revela a quien se interesa y se acerca a Él en actitud de escucha. Se abrió a escuchar laPalabra de Dios y las verdades de nuestra fe a través del testimonio del icono y entonces el Espíritu Santo le abrió un nuevo camino de comunicación.
Las palabras interpelan el oído, la imagen se dirige a la vista. El orante ante el icono mira a Cristo y se deja mirar por Él, busca a Dios en silencio contemplativo y se deja encontrar, escucha e interioriza la Palabra que el Espíritu Santo le comunica a través de la imagen. "La pintura tiene que ser para el ojo de la persona, lo que la palabra es para el oído: exhortación, ánimo, instrucción." (San Basilio) "La iconografía cristiana transcribe mediante la imagen el mensaje evangélico que laSagrada Escritura transmite mediante la palabra. Imagen y Palabra se esclarecen mutuamente." (Catecismo 1160) Los iconos cristianos son como ventanas de acceso al misterio de Dios. La imagen que tenemos delante ayuda a entrar en contacto con la imagen de Cristo que llevamos dentro de nuestro corazón.

¿Qué encontramos en el icono de la Virgen de la ternura?

Hoy que celebramos a la Virgen María, te comparto algunos elementos que a mí me ayudan del icono de la Virgen de la Ternura, o la Virgen de Vladimir. Frente a ella hice mi oración personal esta mañana. Me centré sobre todo en la imagen de la Virgen María.
Recuerda, estas notas son sólo una iniciación, lo más importante en esta forma de oración es la interiorización de la verdad que contiene el icono para de allí pasar al encuentro personal con Dios y al diálogo con Él. No te quedes en la lectura de estas reflexiones, sino detente, contempla la imagen con veneración; no una sino muchas veces y con mucha calma, con la certeza de que el Espíritu Santo te hablará. Se trata de establecer una unión espiritual con María, de sentir cerca a nuestra Madre que está en el cielo y que el icono representa.
- El rostro de María: Destaca la dulzura, la ternura y la intimidad que caracterizan el encuentro personal de la Virgen María y de Jesús y el modo en que María "conservaba todas esas cosas meditándolas en su corazón" (cfr. Lc. 2,19)
El rostro de María refleja el peso del sufrimiento que lleva dentro: "Una espada te atravesará el alma" (Lc 2,34-35) y adopta una actitud de abandono, dejando que su hijo la abrace, abarcándola por completo. Jesús, con un rostro que irradia humanidad y ternura, la protege y la consuela con su mirada compasiva y con el contacto de su mejilla con la de María. Ante la respuesta amorosa de su Hijo, contemplamos a la Virgen María gustando en su interior el Salmo 17,8: "Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas."
La belleza del rostro de María no deslumbra exteriormente; se trata de una belleza interior, propia de quien está impregnada del Espíritu Santo, de cuya gloria es transparencia.
- La mirada. Lo más bello en su rostro son sus ojos: fuente de profunda paz. El secreto de su mirada interior volcada sobre la belleza del misterio de Dios se nos comunica a través de la mirada exterior. La mirada de la Santísima Virgen no se dirige a Jesús sino al orante que está delante. En esos ojos podemos contemplar la profundidad contemplativa de María ante el misterio de la Encarnación del Verbo y el terrible dolor ante sufrimiento redentor de su Hijo prolongado en su Cuerpo Místico que es la Iglesia.
María mira con ternura y tristeza a los que sufren en su peregrinación terrena y a la humanidad pecadora que ofende a Su Hijo. Al mismo tiempo nos está diciendo que no tenemos de qué preocuparnos, pues el Corazón de Jesús nos mira con compasión como lo hace con Ella: Dios es rico en misericordia, es consuelo para el que sufre y es luz para su pueblo que camina en tinieblas: "Aunque camines por cañadas oscuras, nada temas, porque el Señor va contigo". (cf. Salmo 22, 4)
De inmediato vienen a la memoria las palabras de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, prolongación de los sentimientos del Sagrado Corazón de Su Hijo: "No temas esta enfermedad, ni en ningún modo a enfermedad otra alguna o dolor entristecedor. ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra, bajo mi amparo? ¿Acaso no soy yo la fuente de tu alegría? ¿Qué no estás en mi regazo, en el cruce de mis brazos? ¿Por ventura aun tienes necesidad de cosa otra alguna?" (Nican Mopohua)
virgen_de_la_ternura
El juego de miradas entre Jesús, María y nosotros es como una espiral o un círculo virtuoso que llama a un mayor amor y una creciente intimidad. Los ojos de María son grandes, con pupilas que se expanden y cejas que se prolongan, como queriendo abarcarnos a todos, los que nos acercamos a ella y los que no, y diciendo que esa invitación se extiende a todos los hombres por igual.
- Los oídos están cubiertos. La boca es pequeña. María guarda silencio, escucha la voz interior.
- Las manos de María: En el centro del icono está la mano izquierda de la Virgen indicando a Jesús. Nos dice: "Él es el camino" y nos invita a adorar al Hijo de Dios, nacido de María, verdadero Dios y verdadero hombre. La mano derecha está sosteniendo a Jesús, lo levanta, lo alza para mostrar su gran tesoro. Esta mano tiene la forma de un cáliz, que recibe la Sangre Redentora de Cristo. María la recoge, la muestra, nos la ofrece. Me gusta contemplar en este gesto a María, Madre de los sacerdotes y maestra de vida eucarística.
- La luz intensa que irradian los rostros y las vestiduras nos está gritando que Cristo es la luz del mundo, el faro luminoso que nos guía en el camino, la belleza suprema que ilumina nuestras vidas. ¿Dónde está la suprema belleza? ¿De quién procede toda belleza? De Cristo que se encarnó, murió y resucitó por amor al Padre y a todos nosotros. La luz que se refleja en el rostro de María nos recuerda que la belleza de la creación es transparencia de la belleza de Dios y que en el caso de María, la llena de gracia, brilla con una fuerza especial.
- El vestido de María es de color púrpura que representa su condición de Reina. Tiene tres estrellas, una en la cabeza y dos en los hombros: simbolizan su virginidad antes, durante y después del parto, así como la Santísima Trinidad. La tercera estrella, la del lado derecho es Cristo mismo: "Yo soy la estrella radiante de la mañana" (Ap 22,16). También la composición triangular del icono nos habla de la Trinidad que abarca y penetra todas las cosas, como el manto que cubre todo el cuerpo de la Virgen ("el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra", Lc 1, 35).
- La figura de María es dinámica, como la Iglesia en camino; la de Jesús es estática: roca firme que fundamenta el universo y que nos sostiene en las dificultades de la vida: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro." (Rm 8, 35-39)
- Las letras que están junto a la cabeza de María son las iniciales de "Madre de Dios", en griego. Nuestra Madre del cielo nos invita a todos sus hijos a participar de la vida de Dios en una intimidad familiar con la Santísima Trinidad, junto a la Madre, gracias a la puerta que Cristo Redentor nos abrió por su pasión, muerte y resurrección.
Este icono es una llamada a la conversión por el camino de la belleza: por la experiencia viva de la misericordia divina que se nos revela a través del Sagrado Corazón de Jesús y el inmaculado corazón de María.
Ahora detente a ver la imagen, luego contémplala en actitud orante y finalmente gústala en tu interior, con la certeza de que contiene un mensaje de Dios para ti. A través de la mirada toma posesión del mensaje que Jesús y María te quieren dar y escucha la voz interior del Espíritu Santo. Que tus ojos te acerquen a la Santísima Virgen con una mirada de fe, suplicándole que te dé acceso a su intimidad para hacer más tuyo, más cercano el misterio de la misericordia de Dios.

 Autor: P. Evaristo Sada, L.C. https://www.facebook.com/PadreEvaristoSadaLC

viernes, 14 de noviembre de 2014

La camisa de la serpiente

LA CAMISA DE LA SERPIENTE



Veo algo que me llama la atención en un arbusto de los campos abiertos en la India calurosa de los húmedos monzones. Me acerco cuidadoso a examinar la sorpresa y pronto reconozco la reliquia inconfundible de la vida renovada cada primavera al crecer los cuerpos con el vigor de la juventud y la fuerza de la vida. Allí, colgando de una espina alta, está la camisa recién abandonada de una serpiente. De una pieza, fina y transparente como un velo de novia. La desengancho y la admiro en mis manos, y pienso en la serpiente que dejó su envoltura para poder crecer.

Es cómodo tener el traje hecho a medida por la naturaleza misma en corte preciso. La serpiente se precia de él con justificado orgullo. Quizá se aficiona también al traje y piensa que con él no va a tener problemas de vestir ya para el resto de su vida. Pero el cuerpo crece y el traje queda estrecho. Resulta incómodo. No puede ya albergar al maduro reptil. Hay que deshacerse de él.

No es fácil la tarea. Da pereza el cambio. Incluso nos dicen que hay peligro mientras el reptil permanece indefenso al cambiar de ropa. Pero la vida llama y el momento llega. La serpiente otea el horizonte, escoge un espino, engancha la punta de su vestido, y se va escurriendo, curva a curva, dejando detrás el vestido inútil, y emergiendo con el brillo nuevo del traje recién estrenado. Tras varios esfuerzos queda libre del todo, y se lanza al camino con el desahogo amplio del cuerpo crecido. Ya no le cabía en la antigua funda. Para crecer hay que cambiar de piel. Aunque cueste un poquillo.

Ando mirando alrededor para ver una espina que me sirva. Quiero colgar de ella la camisa que me queda corta. No me deja crecer. Me vino muy bien en su tiempo, pero he crecido y ya no encajo en sus costuras a punto de reventar. Le tenía cariño y me gustaba. Me da pena dejarla. Me acompañó mucho tiempo. Mi pasado, mis costumbres, mis maneras de ver y mis modos de juzgar, mis devociones y mis oraciones, mi imagen y mi historia. Todo era muy cómodo, pero si quiero crecer, he de dejarlo. Si permanezco aprisionado en la primera piel, no se desarrollarán mis miembros ni se abrirá mi mente.

He de pasar por el ritual del descondicionamiento si quiero seguir en la primavera del vivir. Y el proceso no es de una vez para siempre. La próxima primavera volverá la serpiente a cambiar de piel para seguir creciendo, para seguir viviendo.

Hay que cambiar la piel del alma para que crezca en la plenitud que ha de ser suya. Hay que encontrar la espina y engancharse y tirar. Es penoso, pero es necesario. La serpiente lo sabe.

Acaricio en mis manos la piel abandonada. Pienso en la serpiente, ya lejana, que tuvo el valor de dejarla. Bello tejido de escamas iguales. Bello, pero ya superado. La experiencia campestre me anima a seguir el ejemplo.

Voy a cambiar de piel...


Carlos Vallés s.j.

sábado, 4 de octubre de 2014

Tras mucho tiempo de silencio...

"Uno de ellos, el discípulo al que Jesús tanto amaba, estaba reclinado sobre el pecho de Jesús
Jn 13, 23

La CONFIANZA es un reclinarse en el amigo como un hijo se duerme en los brazos de una mamá al saber que su corazón late velando por él. Jesús aún sabiéndose traicionado por uno de ellos, continúa confiando tanto en quien está a su lado en el dolor, en quien le negará, e incluso, confía en que el acto de quien le traicionará traerá una nueva vida, porque no hay más camino que la confianza para regalar al mundo una vida nueva en medio de sus dolores.
La CONFIANZA es escuchar el latir más humano de Dios, saber que latirá eternamente de amor por nosotros y educar nuestro propio corazón para que lata eternamente como el suyo por aquellos que también te negarán y te traicionarán. Cuando en el camino sientas que la confianza en tu corazón se ha perdido, recuéstate en el pobre, en el sencillo, en el alegre y en el pecador para saber que en ellos Dios ha continuado confiando eternamente en ti.

...quería compartir algo más "personal" pero creo que esto es mejor...al menos por hoy...
...me enterneció...

viernes, 12 de septiembre de 2014




Las estrellas y luna y la hermosura del amanecer,
la sonrisa de un niño, la ternura de una madre,
cada esquina de este mundo habla de su amor,
mientras viva yo esté cantaré de tu amor,
que vida entera quiero ofrecer, a Dios mi creador.

jueves, 4 de septiembre de 2014

"Comunicación en la Iglesia: transparentar la ternura de Dios"

Extraigo algunos textos del seminario que tuvo lugar en Cochabamba, Bolivia, el pasado 1 de Septiembre por iniciativa conjunta del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales y el Consejo Episcopal Latinoamericano. 


 Explicó mons. Celli que las tecnologías comunicativas del tiempo presente no son simples instrumentos, sino un horizonte de vida: “Cuando el papa Benedicto aceptó estar en redes sociales lo hizo porque quería estar donde los hombres y mujeres de hoy están”.


Iglesia capaz de inflamar el corazón

Agregó Mons. Celli que probablemente nos ha faltado audacia para asumir la vanguardia que el Magisterio de la Iglesia nos ha pedido en nuestro rol comunicativo: “Nuestro dilema no es si estamos o no al día; nuestro dilema es si estamos preparados para lo que viene, dada la velocidad impresionante de los cambios tecnológicos y culturales. ¿Cómo nos preparamos para que la Iglesia sea capaz de comunicar, es decir, de dialogar con este mundo?”

Citando el mensaje del papa Francisco para la última Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales, el representante vaticano hizo énfasis en la necesidad de pensar la comunicación como proximidad en relación con el otro. “No basta con pasar por las calles digitales, con estar conectados. La conexión debe ir acompañada por un verdadero encuentro. Necesitamos ternura. ¿La gente percibe que nuestra gente tiene ternura hacia el hombre y la mujer de hoy? ¿El obispo es percibido solo como administrador de diócesis, o más bien como obispo pastor, cercano, como un obispo que tiene ternura, que es expresión de la ternura de Dios?
¿Somos una Iglesia capaz de inflamar el corazón? La presencia de la Iglesia en este mundo debería ser la transparencia de la ternura de Dios”.

Concluyó Mons. Celli que la Iglesia es madre y maestra. Y quizá hemos subrayado mucho la dimensión del magisterio y hemos olvidado la de maternidad. 

(texto intrego en el siguiente enlace)

http://noticias.iglesia.cl/noticia.php?id=25417


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Santa María de la ternura




¡Santa María de la Ternura, 
infúndela en nuestros corazones y ruega por nosotros !