martes, 22 de septiembre de 2015

Por si mañana...


POR SI MAÑANA... 

21 de Septiembre. Día mundial del Alzheimer



Una carta llena de Amor y  Ternura que quiere ser un canto a la vida que, desde la memoria del olvido, sigue latiendo en tantos corazones que regalan a manos llenas gestos de Ternura: caricias, sonrisas... 



viernes, 4 de septiembre de 2015

Jubileo de la misericordia, una nueva oportunidad para la ternura


"La cercanía del Jubileo extraordinario de la Misericordia me permite centrar la atención en algunos puntos sobre los que considero importante intervenir para facilitar que la celebración del Año Santo sea un auténtico momento de encuentro con la misericordia de Dios para todos los creyentes. Es mi deseo, en efecto, que el Jubileo sea experiencia viva de la cercanía del Padre, como si se quisiese tocar con la mano su ternura, para que se fortalezca la fe de cada creyente y, así, el testimonio sea cada vez más eficaz." 

                                                         PAPA FRANCISCO 1 SEPTIEMBRE 2015
Aquí está mi corazón.
 Salomé Arricibita

             Pincha aquí para escuchar la canción 

miércoles, 2 de septiembre de 2015


Con T de Ternura


Sin palabras me he quedado al ver esta imagen... creí que ya lo habia visto todo... estoy tan acostumbrada a las imagenes de cientos de personas que mueren intentando alcanzar el sueño de una vida digna, que una mas...creí que ya no era capaz de sentir pena, compasión... pero hoy...
Hoy me quede sin palabras... mi mirada se nubló... no sentí pena, no sentí dolor, ni siquiera sentí tristeza... solo pude sentir una inmensa Ternura...
No se si es el sentimiento mas "correcto", pero como dice una querida amiga:
"Es lo que hay".

martes, 1 de septiembre de 2015

La fuerza de la Ternura

                                           Publicado por Mayte Ciriza en el Periódico La Rioja. 9 febrero 2015  

“También esto es amor. No ha sido el mejor 31 de diciembre de mi vida, pero también esto forma parte de la vida. Una vez me tenías tú en el regazo, y ahora lo hago yo, y sin temor, para recordar a todos que la vida debe vivirse y combatirse. En la vida hay que estar presente siempre”.

Este texto lo escribía en Facebook, la pasada Nochevieja, Giancarlo Murisciano, un joven de 28 años de Calabria, en Italia, junto a una foto en la que aparecía sentado en una silla sosteniendo entre sus brazos a su abuela Antonia, de 87 años y enferma del terrible alzheimer, mientras esperaba a que le preparasen la cama. La foto la hizo su hermana pequeña, de 12 años, y ha tenido, además de medio millón de “me gusta” en Facebook, un amplio eco en la prensa italiana. La colgó en la red porque buscaba compartir ese momento “sin vergüenza ni miedo” y porque “la vida debe ser siempre vivida”.
La foto por sí sola es impresionante y traslada una ternura infinita, real, sin cursilerías, no está edulcorada. Traslada la radical dignidad del ser humano y el valor de la ternura. La confundimos muchas veces con el sentimentalismo o la sensiblería, pero no tiene nada que ver. Al contrario, no hay nada más sólido y poderoso que la ternura.
En esta época nuestra parece que si muestras ternura demuestras debilidad, pero la ternura no significa ser débil ni ñoño, sino fuerte y generoso, es toda una muestra de confianza y seguridad en uno mismo. No hay que tener miedo a la ternura, una de las claves de la inteligencia emocional. Y lleva, además, a la solidaridad, porque si algo no te conmueve ni enternece, no vas a hacer nada por ayudar. En esta sociedad llena de ruido y prisa, tantas veces deshumanizada, ¡cuánta necesidad de ternura tenemos!
La ternura es fundamental en el desarrollo de las personas, es el caldo de cultivo de las relaciones familiares –la que nos inspiran los hijos, por ejemplo- y, por supuesto, de las de pareja. Es el termómetro que mide la calidad de una relación. Hace tiempo mi hija me hizo la típica pregunta de adolescente, que por qué me había enamorado de su padre -mi santo-. Le dije, sin dudarlo, que por su ternura.
Cuando está presente la ternura, el mundo es un lugar más habitable, más humano, más amable, y la vida late más intensamente. Como escribió Oscar Wilde, “en el arte, como en el amor, la ternura es lo que da fuerza”. En esa foto del joven Giancarlo con su abuela enferma de alzheimer en brazos, palpita toda la fuerza de la ternura.