viernes, 27 de septiembre de 2013

HOY HE NACIDO...

Cada día que pase, has de decirte:
¡Hoy he nacido! 

El mundo es nuevo para mí;
la luz esta que miro,
hiere sin duda por la vez primera
mis ojos límpidos:
la lluvia que hoy desfleca sus cristales
es mi bautismo.

Vamos pues, a vivir un vivir puro,
un vivir nítido.
Ayer, ya se perdió: ¿fue malo? ¿bueno?
...venga el olvido,
y quede solo, de ese ayer, la esencia,
el oro íntimo de lo que amé y sufrí
mientras marchaba por el camino.

Hoy, cada instante, al bien y a la alegría
será propicio,
y la esencial razón de mi existencia,
mi decidido afán,
volcar la dicha sobre el mundo,
verter el vino de la bondad sobre las bocas ávidas
en rededor mio
será mi sola paz la de los otros;
su regocijo mi regocijo, su soñar mi ensueño. 

Mi cristalino llanto el que tiemble en los ajenos parpados
Y mis latidos, los latidos de cuantos corazones
Palpiten en los orbes infinitos.



Cada día que pase, has de decirte:
¡Hoy he nacido!


AMADO NERVO

jueves, 26 de septiembre de 2013

El sueño de una madre


EL SUEÑO DE UNA MADRE

Cuando somos niños/as creemos que mamá todo lo puede, que no se cansa, que no sufre…
Es nuestro ideal. Nuestra seguridad. Nuestra protectora. El referente principal y único en muchos momentos. Es la que nos ha hablado sin palabras de: amor, cercanía, miradas, caricias, sonrisa, dedicación y  sacrificio. Somos lo más importante y fundamental para su vida, especialmente en los primeros años de nuestra vida, cuando somos pequeños/as y dependientes.

 Esa imagen que guardamos de ella, con el tiempo no coincide con la que vemos al ser adulto. Entonces descubrimos que mamá también sufre, se cansa, está triste, no tiene fuerza, calla ocultando el dolor… Es más humana y más cercana a nosotros/as.


La vemos como una heroína, sobrevivir a grandes tragedias, llevarnos de la mano conteniéndonos y mostrándonos la vida siempre del lado más hermoso. De niños/as no entendemos sus lágrimas; de mayores nos preocupan.

Así como nosotros necesitamos tantas veces la protección de sus brazos fuertes, la comprensión de nuestros gestos o nuestros silencios, nuestro dolor, ella también nos necesita.

Por eso podemos detenernos y observarla, abrazarla y hacer que  sienta que estamos ahí, que nos importa y es valiosa. Así le devolveremos el más hermoso sentimiento que nos enseñó, el que lleva paz y tranquilidad en los momentos difíciles de la vida, el que nos contiene, el que minimiza el dolor, el que nos hace luchar por nuestros sueños e ideales. Pero, sobre todo, nos enseña a dar sin pedir nada a cambio: su ternura.

Siempre estaremos en deuda con quien nos dio la vida y nos hizo crecer en ella: nuestra mamá

                                                                                 Mª Victoria Romero Hidalgo

lunes, 23 de septiembre de 2013

OTRO REGALO CARGADO DE TERNURA....

En esta luz del nuevo día
que me concedes, oh Señor,
dame mi parte de alegría
y haz que consiga ser mejor.

Dichoso yo, si al fin del día
un odio menos llevo en mí,
si una luz más mis pasos guía
y si un error más yo extinguí.

Que cada tumbo en el sendero
me vaya haciendo conocer
cada pedrusco traicionero
que mi ojo ruin no supo ver.

Que âme a los seres este día,
que a todo trance ame la luz,
que ame mi gozo y mi agonía,
que ame el amor y ame la cruz. Amén.




...Él modeló cada corazón y comprende todas sus acciones...

UN MENSAJE LLENO DE TERNURA PARA COMENZAR EL DÍA...



...que nunca me ciegue el mal ni olvide que existes tú.


...que, cuando llegue el dolor, que yo sé que llegará, 
no se me enturbie el amor, ni se me nuble la paz.





... todo un regalo.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Déjame


Déjame aprender bajo tus alas, dormir en tu regazo,
comer en tu mano, crecer a tu lado.
Mirarme en tus ojos, andar tus caminos,
guiarme por tus estrellas, hacer mío tu destino.

Déjame sentir cuánto me amas,
enamorarme cada mañana de tu vida, desde mi alma.
Déjame sentir tus abrazos, tus besos,
tus caricias, tus dedos,
para no alejarme nunca de tu amor.

Déjame beber de tu fuente, hacer tu tiempo mío,
poner en tu hombro mi frente si estoy sólo y vencido.
Déjame quedarme así contigo, y sentir cómo me quieres,
querete, comprenderte, no alejarme de tu lado,
escucharte, conquistarte para siempre.
(Dedicado a Guadalupe y Emiliano en el día de su boda, con el deseo de que vivan la Ternura en su relación esponsal)


jueves, 12 de septiembre de 2013

Las manos del abuelo

Una tierna presentación para saber de ternuras.

ver AQUI
FUISTE HECHA MUJER
Martín Valverde


Cuando todo parecía que Dios había terminado
Cuando ya todo indicaba que estaba lista la creación
A Dios le sale una sonrisa pues aunque todo era muy bueno
Aún le quedaba un pedacillo de soledad sin pintar

Y mientras el varón dormía un sueño
De su costilla Dios tomó sólo lo bueno
Cerca del corazón tú fuiste tomada
Para alcanzarte debes ser amada
Fuiste hecha mujer

Y cuenta la historia
Que en medio de un montón de gente
Tú fuiste la única que se atrevió a tocarlo
Y cuentan los que vieron
Que cuando no había respuesta
Tú le gritaste fuerte que en migajas hay milagros

Y fue cuando te habló y volvió a mirarte
Con voz en cuello grito que tu fe era grande
Y fue ahí cuando gritó admirado
Oye mujer, tu fe te ha salvado

Fuiste hecha mujer, (el cielo grita)
Fuiste hecha mujer
Tu dignidad no viene de fuera
Dentro de ti, esta es tu respuesta

Fuiste hecha mujer, (levanta el rostro)
Fuiste hecha mujer
A su imagen y a su semejanza
Dios pensó en ti y con eso basta
Fuiste hecha mujer

Y por si fuera poco, deja y termino de contarte
Que el mismo Dios estuvo por un segundo celoso
Y cuando llega el tiempo de nuestra salvación
Se regaló a si mismo a la más hermosa por madre
Y la libertad que tanto se esperaba
Llegó, mujer, porque de Dios te hiciste esclava
Y el grito de la tumba ya vacía
Fue dado por una mujer sin cobardía


(Compartido por una mujer maravillosa, MªAngeles. Gracias por regalar Ternura)
 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

EJÉRCITOS DE TERNURA

Dices que me entrego al abismo de la soledad,prefiero estar sola y quererte,que no andar sin destino.Nunca dejaré mi camino,encadenado a tu sino,recorreré las distancias hasta que te pueda amar.La palabra temor no la entiendo ni la siento,significado de tiempo no existe en mi corazón,un solo momento,un solo beso,suficiente para amarte una eternidad.

"Hay guerra en mi corazón por sentir,tu me dices que no,yo te digo que si.Es imposible luchar ante ejércitos de ternura,por eso mi bandera eres tu."

Como hacer que el tiempo se pare,cuando no estoy junto a ti,como decirle a viento que no hace falta que me hable de ti,Me siento mirando el cielo para poderme descubrir,me olvido del desaliento,siempre vuelvo a resurgir

"Hay guerra en mi corazón por sentir,tu me dices que no,yo te digo que sí.Es imposible luchar ante ejércitos de ternura,por eso mi bandera eres tu"



Regalar Ternura en el Metro... 

Mirar con Ternura, escuchar con Ternura, un gesto de Ternura...a lo largo del día se nos ofrecen mil ocasiones para ser Ternura para cuantos nos rodean.
Gestos tan sencillos como ayudar a una persona  mayor a cruzar la calle, responder con una sonrisa cuando alguien nos pregunta, saludar con un amable "Buenos días" o "Buen
as Tardes". Podríamos citar muchos mas, pero lo cierto es que en el gesto mas insignificante, si lo hacemos de corazón, estamos regalando Ternura.

Un día de estos, viajaba en el Metro y se sentó a mi lado una señora de mediana edad. Ella me sonrió y yo le desvolví la sonrisa; entonces empezó a hablar. Se notaba que tenia "ganas de hablar"... yo me interesaba por lo que me iba contando, procuraba escucharla con el corazón y hasta me permiti darle algún consejo que ella agradeció con ojos llorosos. 
Ella llegó al final de su trayecto... se despidió de mi con un afectuoso y sincero:"Gracias por su amabilidad". Yo me sentí feliz, en paz. sin quererlo había regalado Ternura en la escucha, en la mirada, en el dialogo...
No desaprovechemos tantos momentos como se nos presentan a lo largo del día para "REGALAR TERNURA".
  

martes, 10 de septiembre de 2013

La Ternura...


LA TERNURA

No es ternura el fuego de una pasión, sino la suavidad de una caricia.

No es ternura el oleaje que se desborda, sino el beso del cielo con el mar.

No es ternura la montaña que nos sobrecoge, sino la macetica de violetas perfumadas en la ventana.

No es ternura lo grandioso, sino la delicadeza, la insignificancia, el detalle.

No es ternura lo que se da, sino lo que se refleja y se deja traslucir.

No es ternura el sol que calcina, sino la luna que embruja.

No es ternura el fuego que abraza, sino el leño que se consume.

No es ternura lo que sobresale y resalta... sino el escondite... el beso... la insinuación... la luz y la rosa.

La ternura parece por momentos olvidada y tendríamos que revivirla pues es lo que logra que nuestros días, nuestra vida pasen de ser un mero transitar a ser inolvidables...

La ternura está en aquello que parece pequeño pero que se hace grande en el corazón.

El beso sincero, el apretón cálido de manos, el abrazo inesperado, una mirada llena de cariño que nos dice... ¡estoy aquí, puedes contar conmigo, pocas palabras en un papel que dicen todo...

En los niños vemos la ternura todos los días... Nos cautivan con sus expresiones sinceras, con la caricia que llega a nosotros sin tener que hacer ningún reclamo.

En el beso, en el abrazo cortito que no puede envolvernos pero que nos hace sentir ese corazoncito muy cerca de nosotros...

Hemos crecido, somos adultos dejamos muchas cosas olvidadas o de tanto golpearnos quedaron en nuestro interior adormecidas, paralizadas, congeladas...

Intentemos revivirlas...

La ternura no está en lo grande, ni en lo brillante, ni en lo que se destaca, está en lo chiquito, en lo sencillo, en esas pequeñas cosas de todos los días...

La ternura es eso que... vitaliza al viejo... duerme al niño... 
¡y desarma al hombre!
Zenalda Bacardi de Argamasilla
del libro: Ramillete de estrellas 

viernes, 6 de septiembre de 2013

La Virgen de la ternura


LA VIRGEN DE LA TERNURA




La Virgen de Vladímir es un icono de principios del siglo XII, uno de los más célebres y venerados de Rusia. Desde 1930 se conserva en la galería Tretiakov de Moscú.

El icono fue trasladado de Constantinopla (Bizancio) a Kiev. En 1155 el príncipe Andréi Bogolubski se lo llevó a Vladímir, capital del noroeste de Rusia (a lo que se debe su nombre), donde se conservó durante mucho tiempo. Después de la victoria de los rusos sobre los tártaros (que se le adjudicó a la ayuda de la Virgen) y con el enaltecimiento de Moscovia, el icono fue colocado en la Catedral de la Asunción del Kremlin de Moscú.
Las capas más antiguas de pintura se conservaron principalmente en los rostros de la Virgen y del Niño. Casi todo lo demás es pintura posterior de los siglos XIII al XVI.

El icono está pintado en tablas con pintura mineral y vegetal muy consistente, disuelta en yema de huevo (temple). Las figuras de María y del Niño Jesús se hallan unidas por la suave línea del contorno. El rostro de la madre, cariñoso y severo al mismo tiempo, está pincelado con finura y delicadeza sorprendentes, los cambios de color son casi imperceptibles. Resaltan sus ojos grandes, llenos de profunda pena e inmensa angustia por el destino de su hijo.

La imagen de "La Virgen de Vladímir" fue muy popular en la Rusia Antigua. Los maestros rusos crearon numerosas obras tomando como modelo este icono donde el Niño se aprieta a la mejilla de su madre en muda caricia (en la iconografía rusa este modo de presentar a la Virgen lleva el nombre de "La Ternura", Eleusa).

La Virgen de Vladímir fue muy venerada en Rusia donde se le dio el sobrenombre de “Madre de Rusia” y ante ella, como protectora del país, era coronado el zar y consagrados los patriarcas.
Desde 1930 se conserva en la galería Tretiakov de Moscú.


                                                                            Orar con la Virgen de la Ternura


Contempla la imagen con veneración; no una sino muchas veces y con mucha calma, con la certeza de que el Espíritu Santo te hablará. Se trata de establecer una unión espiritual con María, de sentir cerca a nuestra Madre que está en el cielo y que el icono representa

- El rostro de María: Destaca la dulzura, la ternura y la intimidad que caracterizan el encuentro personal de la Virgen María y de Jesús y el modo en que María "conservaba todas esas cosas meditándolas en su corazón" (cfr. Lc. 2,19)

El rostro de María refleja el peso del sufrimiento que lleva dentro: "Una espada te atravesará el alma" (Lc 2,34-35) y adopta una actitud de abandono, dejando que su hijo la abrace, abarcándola por completo. Jesús, con un rostro que irradia humanidad y ternura, la protege y la consuela con su mirada compasiva y con el contacto de su mejilla con la de María. Ante la respuesta amorosa de su Hijo, contemplamos a la Virgen María gustando en su interior el Salmo 17,8: "Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas."

La belleza del rostro de María no deslumbra exteriormente; se trata de una belleza interior, propia de quien está impregnada del Espíritu Santo, de cuya gloria es transparencia.

- La mirada. Lo más bello en su rostro son sus ojos: fuente de profunda paz. El secreto de su mirada interior volcada sobre la belleza del misterio de Dios se nos comunica a través de la mirada exterior. La mirada de la Santísima Virgen no se dirige a Jesús sino al orante que está delante. En esos ojos podemos contemplar la profundidad contemplativa de María ante el misterio de la Encarnación del Verbo y el terrible dolor ante sufrimiento redentor de su Hijo prolongado en su Cuerpo Místico que es la Iglesia.

María mira con ternura y tristeza a los que sufren en su peregrinación terrena y a la humanidad pecadora que ofende a Su Hijo. Al mismo tiempo nos está diciendo que no tenemos de qué preocuparnos, pues el Corazón de Jesús nos mira con compasión como lo hace con Ella: Dios es rico en misericordia, es consuelo para el que sufre y es luz para su pueblo que camina en tinieblas: "Aunque camines por cañadas oscuras, nada temas, porque el Señor va contigo". (cf. Salmo 22, 4)

De inmediato vienen a la memoria las palabras de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, prolongación de los sentimientos del Sagrado Corazón de Su Hijo: "No temas esta enfermedad, ni en ningún modo a enfermedad otra alguna o dolor entristecedor. ¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu madre? ¿Acaso no estás bajo mi sombra, bajo mi amparo? ¿Acaso no soy yo la fuente de tu alegría? ¿Qué no estás en mi regazo, en el cruce de mis brazos? ¿Por ventura aun tienes necesidad de cosa otra alguna?" (Nican Mopohua)

Juego de miradas entre Jesús, María y nosotros es como una espiral o un círculo virtuoso que llama a un mayor amor y una creciente intimidad. Los ojos de María son grandes, con pupilas que se expanden y cejas que se prolongan, como queriendo abarcarnos a todos, los que nos acercamos a ella y los que no, y diciendo que esa invitación se extiende a todos los hombres por igual.

- Los oídos están cubiertos. La boca es pequeña. María guarda silencio, escucha la voz interior.

- Las manos de María: En el centro del icono está la mano izquierda de la Virgen indicando a Jesús. Nos dice: "Él es el camino" y nos invita a adorar al Hijo de Dios, nacido de María, verdadero Dios y verdadero hombre. La mano derecha está sosteniendo a Jesús, lo levanta, lo alza para mostrar su gran tesoro. Esta mano tiene la forma de un cáliz, que recibe la Sangre Redentora de Cristo. María la recoge, la muestra, nos la ofrece. Me gusta contemplar en este gesto a María, Madre de los sacerdotes y maestra de vida eucarística.

- La luz intensa que irradian los rostros y las vestiduras nos está gritando que Cristo es la luz del mundo, el faro luminoso que nos guía en el camino, la belleza suprema que ilumina nuestras vidas. ¿Dónde está la suprema belleza? ¿De quién procede toda belleza? De Cristo que se encarnó, murió y resucitó por amor al Padre y a todos nosotros. La luz que se refleja en el rostro de María nos recuerda que la belleza de la creación es transparencia de la belleza de Dios y que en el caso de María, la llena de gracia, brilla con una fuerza especial.

- El vestido de María es de color púrpura que representa su condición de Reina. Tiene tres estrellas, una en la cabeza y dos en los hombros: simbolizan su virginidad antes, durante y después del parto, así como la Santísima Trinidad. La tercera estrella, la del lado derecho es Cristo mismo: "Yo soy la estrella radiante de la mañana" (Ap 22,16). También la composición triangular del icono nos habla de la Trinidad que abarca y penetra todas las cosas, como el manto que cubre todo el cuerpo de la Virgen ("el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra", Lc 1, 35).

- La figura de María es dinámica, como la Iglesia en camino; la de Jesús es estática: roca firme que fundamenta el universo y que nos sostiene en las dificultades de la vida: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro." (Rm 8, 35-39)

- Las letras que están junto a la cabeza de María son las iniciales de "Madre de Dios", en griego. Nuestra Madre del cielo nos invita a todos sus hijos a participar de la vida de Dios en una intimidad familiar con la Santísima Trinidad, junto a la Madre, gracias a la puerta que Cristo Redentor nos abrió por su pasión, muerte y resurrección.

Este icono es una llamada a la conversión por el camino de la belleza: por la experiencia viva de la misericordia divina que se nos revela a través del Sagrado Corazón de Jesús y el inmaculado corazón de María.

Ahora detente a ver la imagen, luego contémplala en actitud orante y finalmente gústala en tu interior, con la certeza de que contiene un mensaje de Dios para ti. A través de la mirada toma posesión del mensaje que Jesús y María te quieren dar y escucha la voz interior del Espíritu Santo. Que tus ojos te acerquen a la Santísima Virgen con una mirada de fe, suplicándole que te dé acceso a su intimidad para hacer más tuyo, más cercano el misterio de la misericordia de Dios.