Bienvenido a nuestra tierra,
bienvenido a nuestra pobreza...
Gracias por venir
bienvenido a nuestra pobreza...
Gracias por venir
Cerramos los ojos
para contemplar el nacimiento, aquel pesebre...
“Mientras estaban en Belén se le cumplieron los días y dio a luz a su hijo primogénito,
lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el albergue.” Lc 2, 7
Envuelto en pañales, recién nacido,
pequeño, indefenso y frágil...,
hombre; necesitando de unos y de otros,
no como un Dios importante y exageradamente poderoso, sino como un niño.
Nuestro niño necesita unas manos que lo acaricien y
unos brazos
que lo acunen,
quien le de de comer y quien le cante al oído, quien le
hable y quien le dé calor, ...
Aquí tienes mis manos, mis brazos, mi ternura,
mi tiempo, mi regazo, mi voz,
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